
La historia se repite... Ahora el postre de moda se llama tiramisú.
Las plantillas se bañan en café al Marsala y, en lugar de pastelera, lleva una crema de queso mascarpone con un gustito insuperable.
Ingredientes
3 yemas.
3 claras.
Una cdita de esencia.
100 cc (o más, a gusto) de vino Marsala.
150 cc café (infusión bien fuerte).
Medio vaso (70cc) de coñac (o Tía María o licor de café).
3 cucharadas cacao en polvo.
2 docenas (sobran) de plantillas.
Plantillas y crema
1. Serrúchele a las plantillas los extremos para poder luego ensamblarlas mejor al armar el postre.
2. Ahora bata las yemas con el batidor (o en la batidora) hasta que tomen color claro queden espesitas.
3. Agrégueles de a poco los
4. Vuelque el batido en un bol y mézclele el vino Marsala y el queso crema. Bátalo bien hasta lograr una mezcla homogénea. Pruébelo y agregue más vino, a piacere. Luego perfúmelo con la esencia de vainilla.
5. Vuelque en otro bol el café y el coñac. Mezcle bien, pruébelo y agregue azúcar a gusto.
6. Bata las claras a punto de nieve firme y agrégueselas a la crema hecha en el paso 4. Una suavemente.
Armado del postre
1. Déle a cada bizcocho de plantilla una zambullida rápida en la mezcla de café y, a medida que lo haga, vaya colocándolos codo con codo en la fuente elegida, formando un zócalo. Recorte prolijamente los excedentes de plantilla.
2. Ayudándose con una espátula, cubra esta primera capa de bizcochos con un tercio de la crema de queso. Alise bien. De este modo dejará la superficie lista para aplicar la siguiente capa.
3. Tape la crema con otra capa de plantillas mojadas en el café, colocándolas en sentido inverso a la capa anterior y recortándolas como le indiqué.
4. Tape las plantillas con otro tercio de crema, bien extendida. Cubra con otra capa de plantillas ubicadas en sentido inverso. Tape con el resto de crema y estacione en la heladera.
Decoración
1. Tome una hoja de papel manteca del tamaño de la fuente donde armó el tiramisú. Pliéguelo en cuatro partes.
2. Dibújele en los lados doblados pequeños semicírculos, espaciados. Recórtelos pero no desdoble el papel.
3. Doble el papel plegado por una de sus diagonales y sobre el doblez dibuje más semicírculos. Recórtelos.
4. Despliegue el papel. ¡Habrá obtenido una divertida planchita calada!
5. Momentos antes de servir el tiramisú, apoye la planchita de papel sobre la superficie del postre. Manténgala firme (o pida ayuda al vecino) mientras tamiza sobre ella el cacao en polvo, tratando de cubrir todos los agujeritos
6. Levante sin titubear la planchita, para que el tiramisú quede mágicamente decorado y, por sobre todas las cosas, prolijo. Sirva enseguida... y escuche los aplausos.
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