
Con una masa y una cubierta deliciosa, compartirla con usted es el mejor homenaje que le podemos rendir ahora a Doña Petrona
La masa
Harina
Yemas 2.
Azúcar
Manteca blanda
Esencia de vainilla una cucharadita.
Agua fría un poco, si hiciera falta.
El relleno
Yemas 7
Azúcar
Manteca derretida
Coco rallado
Ricota medio kilo.
Claras 4.
El merengue italiano
Claras 7.
Azúcar (preferentemente de refinería)
Esencia de vainilla una Cucharadita.
Varios
Azúcar impalpable tamizada Una cucharada.
La masa
1. Ponga la harina en forma de corona y, en el centro, las yemas, el azúcar, la manteca y la esencia. Una primero los elementos del centro.
2. Incorpore rápidamente la harina hasta unir todo en una masa tierna y lisa. Si hiciera falta, añada un poco de agua.
3. Estire la masa sobre la mesa enharinada, y con el palote ídem.
4. Colóquela en la tartera previamente enmantecada y acomódela bien.
5. Recorte prolijamente los bordes y estaciónela en la heladera.
El relleno
1. Únale el coco rallado y la ricota aplastada con un tenedor o tamizada.
2. Bata las yemas con el azúcar y el agua. Perfume con la esencia de vainilla y agréguele la manteca derretida.
3. Bata las claras a nieve y mézclelas suavemente y con movimientos envolventes a la preparación anterior. Use cuchara de madera.
4. Retire la masa de la heladera y rellénela con la mezcla de coco. Cocine la tarta en horno moderado una hora y 20 minutos.
Merengue italiano
1. Bata las claras a punto de nieve hasta que estén bien firmes.
2. Para el almíbar, ponga el azúcar en una cacerolita y añada el agua. Hierva hasta el punto de bolita blanda.
3. Vierta el almíbar de a poco, en forma de hilito, sobre las claras batidas a nieve, mientras, simultáneamente, bate con todas sus fuerzas hasta incorporarlo completamente.
4. Siga batiendo el merengue hasta que esté totalmente frío, ¿Vio cómo se espesa?
5. Perfúmelo con la esencia de vainilla y mezcle suavemente.
Decoración
1. Ponga el merengue en una manga con boquilla rizada y cubra la tarta haciéndole todas las monerías que usted sepa, para impresionar a los comensales.
2. Espolvoree el merengue con el azúcar impalpable tamizada (póngala en un coladorcito y sacúdalo).
3. Déjela enfriar, quítele el aro lateral, córtela en porciones y... ¡Glup!
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